A lo largo de sus 18 años de vida, Christopher Loe ha tenido más cirugías que cumpleaños. De niño, "Critter" no podía disfrutar de los espectáculos musicales ni de los espectáculos de patinaje sobre hielo, como la mayoría de los niños de su edad. La reverberación en sus oídos hacía que la música alta fuera demasiado dolorosa.
Años más tarde, gracias a sus cirugías de oído, comenzó a descubrir un nuevo mundo de sonidos. Ahora, la música es uno de sus pasatiempos favoritos.
Gracias a la ayuda de la musicoterapia, la equinoterapia y la terapia recreativa, Critter piensa y evoluciona de una forma nueva y sorprendente. Incluso sus terapeutas informan que "sus limitaciones ya no son limitaciones".