"Literalmente lloraba cada vez que me levantaba", recuerda Kautz, entonces de 58 años. "Me sentía como una persona de 70 años. Supuse que quizá el problema era yo y no el fisioterapeuta”.
Cuando su médico le dijo que debía someterse a una cirugía de rodilla, recibió la llamada de Sarah Hebert, enfermera coordinadora de Servicios Médicos de Blue Cross and Blue Shield of Texas, quien le dio información sobre cómo prepararse para el procedimiento.
Durante una conversación, Kautz le reveló a Hebert las dificultades con su fisioterapeuta. Hebert la animó a contárselo a su médico y pedir un referido para otro terapeuta; esto marcaría una diferencia en los resultados de Kautz y sus perspectivas para el futuro.
"Ella sentía que no había opción y que tenía que aceptarlo así como era", explica Hebert. "La conectamos con otra clínica. Y al tratarse allí, logró grandes avances".